El día que Sucre quiso independizar a Cuba

13/01/2024
Destacados, Historias de Colores

Chevige González Marcó

Luego de lograr la gloria en Ayacucho, el Mariscal Antonio José de Sucre quiso independizar a Cuba. Ven para saber más sobre esta historia

Desde Bolivia

Corría el año 1825, el Mariscal Sucre, bajo el liderazgo de Simón Bolívar, había logrado, apenas meses antes, ganar la Batalla de Ayacucho y con esto dar paso firme a la liberación definitiva de América del Sur. El nacido en Cumaná apenas tenía 30 años, pero su afán de continuar la gesta independista, no se detenía.

Sucre se había establecido en La Paz y faltaba muy poco para la fundación oficial de Bolivia. Los planes de Bolívar no se detenían, el Libertador tenía pensado avanzar más en la liberación de la América hispana y en su unidad.

En ese contexto, Sucre escribe a Bolívar una carta sobre el tema sobre el llamado a atender la liberación de Cuba, una de las pocas posesiones que mantenía España en la región.

Carta del Gran Mariscal respecto a Cuba

“No sé si estará en los intereses de Colombia (la Gran Colombia), alguna empresa sobre La Habana; pero me atrevo a indicarla, si es que se puede disponer de alguna marina con qué protegerla”, escribió Sucre a Bolívar, el 8 de marzo de 1825.

Agregó: “Si el gobierno dispone distribuir este bello ejército en guarniciones, debo informarle que teniendo ya sobre la mitad de su fuerza de hombres del Perú, sería bien que los cuerpos que fuesen a los puertos del norte, se compusieran de esta gente y de la del Sur, y que la del Norte, quedase en los puertos a esta parte del Ecuador”. Así le explicaba a Bolívar cuál sería su estrategia para avanzar hacia la independencia de Cuba.

La Habana en el deseo del Mariscal Sucre

Es probable que Sucre también quisiera deslindarse del ambiente de mezquindades e intereses particulares que había creado un ambiente turbio en torno a la formación de las nacientes Repúblicas en el sur. El título de su carta del 18 de marzo de 1825 a El Libertador, es revelador: “Mejor que a ninguna parte a La Habana”.

Sucre relata en la misiva a Bolívar, que contaba ya con tres batallones del Perú, con hombres peruanos, pero que le hubiera gustado contar con las tropas colombianas (venezolanos, colombianos y ecuatorianos), “pero están tan cansadas que me pareció una maldad no dejarlas en reposo”. Otro elemento para tratar de comprender su momento histórico.

“He preguntado a usted qué se hace con este Ejército de Colombia después de acabada la guerra de Perú. Si La Habana es objeto de Colombia podemos ocupar ese Ejército en tomarla”.

¿Qué hacer con las tropas?

Sucre consulta a Bolívar sobre el destino de las tropas e insiste ante Bolívar, que el está ajeno a las disputas internas que oscurecían el panorama del Perú. “Repito que, si alguna necesidad obliga a la permanencia del Ejército en Perú, yo no puedo ni quiero mandarlo”.

Anecdóticamente en la misma carta, Sucre recuerda a Bolívar que su padre recién había muerto y quería ir a Cumaná a pasar unos días con su familia. Luego de ese comentario hace la afirmación: “mejor que a ninguna parte a La Habana”. Probable que la situación familiar hubiese contribuido a sus deseos de irse a liberar Cuba y de esa forma estar también más cerca de Venezuela y de su Cumaná.

Los planes y propósitos de Sucre no se cumplieron y Cuba apenas logró sus primeros movimientos hacia la independencia décadas después. Pero siempre podremos recordar el día que Sucre quiso independizar a Cuba.