La historia del ferrocarril de Margarita
- 31/01/2024
- ¿Lo Sabías?, Destacados
- Chevige González Marcó
Quizás se te hará difícil pensar en un ferrocarril transitando por Margarita, pero sí, la Isla tuvo su tren y desapareció en el misterio. Ven Para Saber.
Ferrocarril y explotación minera en Margarita
El 19 de diciembre de 1914 fue inaugurado el primer y único ferrocarril que ha tenido la Isla de Margarita. El objetivo era transportar a puerto, el mineral de magnesita, que era explotado en las cercanías de la población de Paraguachí, ubicada el noreste de la Isla.
La magnesita era un mineral que para la época servía para la elaboración de ladrillos que sirvieran, sobre todo, para la fabricación de hornos. Se trata de un material que puede formarse naturalmente a partir de conchas de mar, por tanto, la Perla del Caribe poseía condiciones para ubicar yacimientos de este tipo.
El mineral no era exportado a través de los puertos del sur de la Isla que hoy en día conocemos, sino a través de un embarcadero ubicado en la playa de Manzanillo, al norte. El recorrido trazado por ferrocarril era de aproximadamente 10 kilómetros entre Paraguachí y Manzanillo, sin guiarnos exactamente por la carretera que hoy en día comunica a las dos poblaciones.
La transnacional que lo sacaba
La compañía Magnesita Mining & Manufacturing Company de Estados Unidos, era la encargada de extraer y exportar el mineral. Se esperaba que la magnesita fuese la principal fuente económica de la Isla.
No se tiene constancia cuando exactamente dejó de funcionar el ferrocarril, pero el cronista Carlos Stohr, lo estima durante la Primera Guerra Mundial, es decir, muy poco tiempo de funcionamiento, ya que el conflicto finalizó en 1918. La página web del Museo del Transporte ofrece un dato distinto, señala que dejó de funcionar en 1925.
La desaparición del ferrocarril de Margarita
Según la reseña del Museo del Transporte, los “litigios por la titularidad de la tierra (donde se ubicaban los yacimientos) auyentaron al concesionario. Esta situación provocó inseguridad financiera a los propietarios de la empresa, que luego de intentar seguir explotando la magnesita sin el uso del ferrocarril, desistieron de la actividad.
“Como vestigios del tren margariteño quedó el aljibe (depósito de agua) El Jobo y una alcantarilla, ambos en Manzanillo, así como ruinas de la casona habitada por Schumacher (gerente de la empresa) desde donde divisaba tanto el mar como el fértil valle de Paraguachí”, precisa el Museo del Transporte.
Según el cronista Carlos Stohr, los restos de este ferrocarril estuvieron enterrados por años, “hasta que, a comienzo de los años cuarenta, fueron exhumados y vendidos como chatarra. ¿Quién los vendió? ¡Vaya usted a saber!”.
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