Teresa de la Parra, escritora venezolana adelantada a su tiempo
- 05/10/2023
- Latinoamérica Mágica
- Blanca González Marcó
Teresa de la Parra fue la primera gran escritora venezolana del siglo XX, publicó dos novelas que fueron aclamadas en su tiempo y trascienden hasta hoy: Ifigenia y Las Memorias de Mamá Blanca; también fue cuentista, articulista y conferencista.
Aunque nació y vivió la mayor parte de su vida en Europa, nunca perdió el sentido de pertenencia hacia Venezuela. Este sentimiento de arraigo al país se vería reflejado en sus obras y en su propia identidad, ya que siempre se consideró venezolana y caraqueña.
Ven para saber más sobre esta gran escritora.
¿Dónde nació? ¿Quién era su familia?
Ana Teresa Parra Sanojo nació en París (Francia) el 5 de octubre de 1889, sus padres fueron el diplomático venezolano Rafael Parra Hernáiz y la aristócrata caraqueña Isabel Sanojo Ezpelosín. A pesar de haber nacido en Francia, Teresa llegaría a firmar en una breve autobiografía que había nacido en Venezuela.
Tuvo cinco hermanos: Luis Felipe y Miguel, Isabelita, Elia y María del Pilar.
Como detalle curioso podemos decir que era pariente por vía materna de Simón Bolívar, su tatarabuela Teresa Jerez de Aristeguieta fue prima del Libertador y madre del general Carlos Soublette.
El caso es que los padres de Teresa la trajeron a Venezuela siendo una niña pequeña de apenas dos años y fijaron residencia en la hacienda que poseía la familia Parra en los alrededores de Tazón (muy cerca de Caracas). Lamentablemente, Rafael Parra fallece pocos años después y su madre decide volver a Europa, así que se establecen en España, allá vivirían en la localidad de Mislata, en Valencia.
"Tanto mi madre como mi abuela pertenecían por su mentalidad y sus costumbres a los restos de la vieja sociedad colonial de Caracas".
Teresa de la Parra
Estudios y acercamiento a la literatura
Teresa de la Parra realizó estudios como interna en el Colegio del Sagrado Corazón de Godella, en Valencia (España), fue excelente estudiante. Conocerá las obras de grandes escritores españoles que enriquecerán y de alguna manera tendrán influencia en su futuro como escritora; allí también cultivó amor por la lectura.
En el Boletín de este colegio valenciano, publicaron los primeros poemas de la niña Ana Teresa y ganó su primer premio literario.
Fru-frú, su primer seudónimo
Años después, Teresa regresa a Venezuela, donde estará un tiempo antes de volver a París.
En 1915 adopta el seudónimo de Fru-Frú para firmar sus primeros cuentos, relatos breves que serían publicados en la revista francesa La Vie Latine. También llegaría a publicar dos cuentos en El Universal (periódico caraqueño), estos fueron «Un evangelio indio: Buda y la leprosa» y «Flor de loto: una leyenda japonesa»; por entonces la autora tenía mucho interés por la cultura asiática.
En la misma línea de esta fascinación por Asia, escribe «Diario de una caraqueña por el Lejano Oriente», relato publicado en la revista Actualidades, dirigida por Rómulo Gallegos. Este cuento tenía como base de inspiración las cartas que le enviaba una de sus hermanas, María, comentándole los pormenores de su viaje por Japón y China.
También publicaría varios artículos en diferentes diarios caraqueños de la época.
Teresa de la Parra, su seudónimo definitivo
En 1922, adopta de manera permanente el seudónimo con el que se le conocerá en adelante y hasta hoy, Teresa de la Parra. Con este nombre publicó Diario de una señorita que se fastidiaba, en La Lectura Semanal (revista dirigida por José Rafael Pocaterra); esta historia, con su protagonista María Eugenia, después se transformaría en la primera novela de la autora: Ifigenia, una narración que podría estar inspirada en su propia vida en sus tiempos del internado español.
Con Diario de una señorita que se fastidiaba (Ifigenia), Teresa de la Parra ganaría el Concurso de Novelistas Hispanoamericanos.
Paralelamente, escribió el cuento La Mamá X, con el que ganaría el Premio Especial Extraordinario del Certamen Nacional Literario que se organizó en Ciudad Bolívar, en 1922. Este año sería clave para Teresa de la Parra y su carrera literaria.
En 1924 publica en París su novela Ifigenia, obra en la que se aborda un tema que hasta entonces era poco explorado: la visión del mundo desde los ojos de una mujer con creencias y convicciones propias.
Después del éxito de Ifigenia, publica en 1929 Las Memorias de Mamá Blanca, su segunda novela. Esta obra, en la que utiliza magistralmente el lenguaje coloquial caraqueño de entonces, aparentemente fue inspirada por las vivencias que tuvo durante su niñez en la Hacienda Tazón.
Vida Intelectual
Con el reconocimiento a su trabajo como escritora, Teresa emprendería una cargada agenda de actividades por Europa y América entre 1920 y 1930.
Charlas, reuniones de intelectuales, tertulias y una serie de conferencias que despertaron gran interés, entre ellas: «La importancia de la mujer americana durante la Colonia, la Conquista y la Independencia» y «La influencia oculta de las mujeres en el Continente y en la vida de Bolívar».
Después de una intensa década y la consagración literaria con sus dos novelas, Teresa regresa a París, donde decide retraerse y sumergirse en las lecturas que le apasionaban, especialmente sobre la historia de Venezuela, filosofía, cultura asiática y biografías sobre Bolívar.
Teresa de la Parra tuvo la intención de escribir una biografía íntima sobre el Libertador, pero el tiempo no le alcanzó para hacerlo.
Últimos años de Teresa de la Parra
En 1931, Teresa de la Parra fue diagnosticada con tuberculosis; hecho que naturalmente la afectó en gran medida.
Buscó refugio en Suiza, se interesó en conocer sobre su enfermedad para tratar de entender lo que sucedía, incluso se interesó en el psicoanálisis; intercambió cartas con sus amigos más cercanos y empezó a escribir un diario para plasmar y desahogar sus temores y pensamientos durante ese penoso trance.
En carta a Vicente Lecuna decía lo siguiente sobre el sentido que tenía la escritura para ella en los últimos años:
"Acomodar las palabras a la vida, renunciando a sí mismo, sin moda, sin pretensiones de éxito personales, es lo único que me atrae por el momento"
Teresa de la Parra
No publicaría nada más, aunque sí dejó muchos textos inéditos, su diario personal y las cartas que escribió a sus amigos y familiares.
Ya para 1932 tenía mejores ánimos y se aferró a la esperanza de recuperarse, lamentablemente esto no sucedió, su cuadro empeoraría cada vez más con el tiempo.
Entre 1934 y 1935 las afecciones respiratorias se hicieron más recurrentes, estuvo en París unos meses y luego se traslada a Madrid, donde falleció el 23 de abril de 1936.
En 1947 deciden traer los restos de Teresa de la Parra a Venezuela, los mismos fueron sepultados en el Cementerio General del Sur.
Cuatro décadas después, el 7 de noviembre de 1989, el gobierno venezolano dispone su traslado al Panteón Nacional por el aporte invaluable de esta escritora a la literatura venezolana y su trascendencia internacional.
Para saber más
- Teresa de la Parra Vida y Obra con Rafael Arráiz Lucca
- Luchas por la Independencia.Género y nación en la obra de Teresa de la Parra. Por Ana María Caula. 2da edición, Fundación Editorial El perro y la rana, 2022
- Teresa de la Parra e Ifigenia (1924): Mujer y escritura. Por Froilán Ramos Rodríguez
- Teresa de la Parra: Escritura de la Pasión Emancipada. Por Gregory Zambrano
- De Ana Teresa A Ana Teresa: Teresa de la Parra, paradigma de un siglo. Por Luz Marina Rivas
- Las mujeres en la formación del alma americana: homenaje a Teresa de La
Parra. Reflexiones para el próximo milenio. Por Elida Aponte Sánchez
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