El fusilamiento de Manuel Piar

16/10/2023
Historias de Colores

Chevige González Marcó

Uno de los episodios más controversiales de la lucha independentista venezolana, es sin duda, el fusilamiento del general Manuel Piar. Algunos estudiosos lo consideran como un error de Bolívar, otros como una manipulación que envolvió a El Libertador y otros como un paso doloroso pero que significaba avanzar en la unidad de las fuerzas patriotas.

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Piar, el libertario

En el contexto de la controversia, la bruma muchas veces no deja ver la luz que trajo Manuel Piar al movimiento independentista con la Campaña para la Liberación de Guayana, coronada en la Batalla de San Félix en 1817.

“No solo fue el gran visionario e ideólogo de la Campaña Libertadora de Guayana, sino que, la planificó en sucesivas etapas, de las cuales ejecutó las dos primeras, y aunque las dos últimas fases fueron dirigidas por Simón Bolívar, quien inicialmente se opuso a la campaña sobre Guayana, éstas se cumplieron conforme al plan original trazado por él”, señala al respecto la historiadora Hildelisa Cabello Requena, en una entrevista ofrecida en 2018 en un medio del estado Bolívar.

El contexto previo era el de la división de los mandos de los ejércitos independentistas y el de las mutuas acusaciones de traición. Acá vale sorprenderse, de que las rencillas costaron la muerte de Piar y el cierto descrédito histórico hacia su figura, pero no salpicó el legado de José Félix Ribas, quien lo había acompañado como máximo jefe de las fuerzas patriotas mientras Bolívar y Santiago Mariño se encontraban en el exilio.

Es probable que lo que mas molestara a quienes llevaron a Piar al banquillo de los acusados era su visión avanzada en lo social.

En el libro de Antonio José Valdez Mederico y Alonso Hipólito Valdez, titulado: La verdad histórica de la Campaña de Guayana, se presenta como en el Cuaderno de Novedades de Piar están sustentada la reivindicación de los derechos de los pueblos indígenas de las Misiones del Caroní, para el año 1817.

“El gobierno español se ha acabado: la Patria esta ya libre y vosotros, que sois sus hijos primitivos debéis ser los primeros que gocéis de la libertad, de los privilegios y derechos (…) hasta ahora habéis estado sujetos al capricho de los capuchinos que, no contentos con ejercer su ministerio espiritual, os oprimían reduciéndoos a esclavos: en adelante no será así. El Ejército de la República es vuestro defensor. Nosotros os miramos como hermanos y como tales les concedemos los mismos derechos nuestros. Lo que trabajéis será para vosotros; los servicios que os hagáis se os pagarán y seréis premiados por ellos con todos los honores a que os hagáis merecedores”.

Había que unirse, venía la barbarie de Boves

En octubre de 1814, José Tomás Boves y las fuerzas realistas sembraron el terror y hubo que organizar la llamada Emigración a Oriente, fue allí cuando el epicentro de las luchas por forjar la Tercera República y sellar la Independencia se mudó hacia oriente.

Manuel Piar tuvo un rol estelar, incluso con el encuentro de tropas lideradas por caciques indígenas Manaure y Tupepe. Logra la victoria en El Juncal, donde fallece uno de los lugartenientes de Boves. Los logros alcanzados por los patriotas en oriente y en Guayana renovaron las esperanzas y la moral de combate. Bolívar lo reconocía, pero en enero de 1817 fue cercado por los realistas a su regreso a Barcelona y pidió a Piar movilizar fuerzas a la ciudad anzoatiguense, los refuerzos nunca llegaron desde el sur, sino desde el oeste comandados por José Francisco Bermúdez.

Bolívar sale de Barcelona y allí se desencadena la tragedia de la Casa Fuerte. Una herida se abre entre los dos líderes. Piar estaba desde inicios de ese mismo año en plena Campaña de Guayana ¿debió trasladarse a la capital anzoatiguense con sus tropas? ¿Y el daño causado por Mariño que también se negó a auxiliar a Barcelona?

La carta que me mandaste

Pese a todas las distorsiones promovidas en torno a la negativa de Piar de reforzar Barcelona, una carta enviada por él, a Bolívar en noviembre de 1816, planteaba su reconocimiento al mando de El Libertador y su invitación a consolidar la liberación de Guayana:

“Yo espero que siendo mi proyecto tan conforme al bien de la patria y a las intenciones y planes de V.E. merecerá su aprobación y la cooperación que pido de las fuerzas marítimas. Nada hay que temer respecto a ellas. La escuadrilla enemiga, lejos de ser tan fuerte como se ha creído hasta ahora, es muy débil por su número y más aún por su tripulación. Las ventajas que nos ofrece esta provincia libre son incalculables. Los inmensos caudales de los españoles en ella nos proporcionan medios para adquirir de los extranjeros elementos militares; su situación nos da un asilo seguro, y la moral pura de sus habitantes, no corrompidos todavía, nos permite la organización de un ejército fuerte y valeroso, capaz de libertar la República si V.E. viene a Guayana. Todos estos recursos manejados por su sabia dirección adquirirán un nuevo mérito y producirán efectos más grandes. Los enemigos internos y externos temblarán; los pueblos concebirán esperanzas de ver restablecida la libertad, al contemplar nuestra situación militar, y todos los negocios tomarán un paso firme y regular. Dios guarde a V.E. muchos años”.

El desencuentro de Piar y Bolívar

“La salvación de nuestra Patria, señor General, depende de la reunión de todas las fuerzas nuestras, diseminadas ahora y separadas por grandes distancias. Toda operación parcial, aun siendo feliz, no producirá sino ventajas efímeras y puede tener consecuencias muy funestas siendo desgraciadas. Los españoles reúnen las suyas y es preciso oponerles fuerzas”, le escribió Bolívar a Piar en enero de 1817.

Era evidente la divergencia en las visiones de ambos personajes sobre el devenir y la estrategia de la guerra. Desde el punto de vista militar, podía ser visto como una peligrosa insubordinación.

1817 fue un año eterno. Se dan pasos firmes para concretar la Independencia, para el general Manuel Piar también debe haber sido un año muy largo, ocurrió su mayor victoria militar para la causa patriota, ese mismo año le solicita a Bolívar retirarse de su puesto de mando y de Guayana. En octubre finalmente es fusilado.

Muchos mitos se han tejido sobre aquel Piar, desde su verdadero color de piel, hasta su lugar de nacimiento, si fue en Caracas o en Curazao, si realmente quería ser uno más de los tantos caudillos patriotas que se atrincheraban en las regiones para construir su feudo. En 1817 se desencadenó todo y el sólo juicio a Piar nos haría mucho más extenso este trabajo.

Habría que preguntarse que tanto hicieron personajes también caudillescos como José Francisco Bermúdez para cavar la tumba de Piar.

Habría que encontrar al responsable del texto apócrifo atribuido a Bolívar en el que se ordena la captura de Piar. Lo cierto es que frente al majestuoso Orinoco, liberado en gran medida por la gesta política y militar de Piar, el legendario héroe se despidió de nosotros aquel 16 de octubre de 1817.

¿Cuánto de venganza no habría en las intrigas del religioso José Félix Blanco luego que Piar relevara de sus lugares de gobernanza a los capuchinos?

En 2017, los restos de Piar fueron trasladados al Panteón Nacional, donde siempre debieron estar.