Juanita La Eterna Musa de Armando Reverón
Juanita y Reverón (Foto: Victoriano de los Ríos)

Juanita: La Eterna Musa de Armando Reverón

No se puede hablar de Armando Reverón, uno de los más destacados artistas plásticos venezolanos, sin mencionar a su compañera, pareja y modelo: Juanita Mota.

Ven para saber más sobre la Musa de Reverón.

¿Quién fue Juanita Mota?

Juanita Ríos Mota, Juanita Mora, o mejor conocida como Juanita Mota; se sabe que nació en San Casimiro de Güiripa, Edo. Aragua, en fecha sin precisar del año 1904. Huérfana desde muy temprana edad, sus primeros años los vivió sirviéndole de “criada” a un cura, con quien se traslada a Caracas al ser nombrado este Monseñor.

Juanita conoce al Maestro de la Luz

Transcurre el año de 1918, Armando Reverón busca distracción y acude a la celebración de los Carnavales de La Guaira, allí conoce a Juanita; ella se convertiría en su compañera sentimental, musa inspiradora y modelo recurrente. Se enamoran y deciden convivir, acompañándose durante más de 30 años hasta la muerte del artista en 1954.

«Cuando yo conocí a Armando me vine con tres muchachas de Caracas y resulta que llegamos a esos hotelitos baratos y nos alquilaron un cuarto para nosotras. Todas nos disfrazamos para ir a la Plaza Vargas y estaban tocando una canción que estaba de moda "El bojote". Yo estaba disfrazada de Dominó y él una especie de murciélago que al abrir las alas era una suerte de esqueleto, como la muerte. Andaba solo riendo y brincando en su carreta”.

“Yo nunca había sentido una cosa tan bonita como la noche en que conocí a Armando. Él se parecía a uno de esos artistas de cine, era buenmozo y muy elegante, no como se puso cuando nos mudamos para acá, que apenas se vestía. Eso hizo que mucha gente lo confundiera con un loco. ¡Sí señor!, aquella noche a él le brillaban los ojos como dos luceros; pues no vaya a creer, yo era entonces una muchacha bonita y delgadita, no como ahora que estoy gorda y vieja. Tienes manos de virgen me dijo Armando y carita de ángel asustado”.

Reverón, Juanita y Macuto

Después del encuentro carnavalesco y convencidos de la idea de vivir juntos, Juanita y Armando inician su periplo como pareja. Primero vivirían en un hotel, luego una temporada en casa de la señora Dolores Travieso (madre de Armando), quien recibió a Juanita como su hija; tiempo después alquilan un ranchito de piedras en Punta de Mulatos, de ahí se mudan a los alrededores de la quebrada El Cojo donde construyen una casita de bahareque.

En 1921, la señora Dolores adquiere dos lotes de terreno en Macuto donde Armando Reverón construye con sus propias manos un “rancho” casi a la orilla del mar. A esa casita la bautizará con el nombre de El Castillete.

En El Castillete Juanita y Armando pasarán el resto de sus vidas, con la compañía de los monitos Pancho y Chiquito y su perrito Mirador, entre el sonido del mar y el vaivén de las palmeras, rodeados de cuadros, bastidores, lienzos, pigmentos, juguetes y muñecas de todos los tamaños. Juanita contaba que Armando le enseñó a leer, a escribir y también le confeccionaba sus vestidos, mientras ella le atendía, le cocinaba y modelaba para sus cuadros.

Por desgracia, El Castillete construido por Reverón fue arrasado por la tragedia del deslave de La Guaira en 1999, siendo reconstruido por iniciativa gubernamental en 2016.

Juanita después de Armando

Se preguntarán ustedes qué pasó con Juanita Mota después de la muerte de Reverón, pues bien, Juanita vivió el resto de su vida con los recuerdos de su compañero en El Castillete, sola y en extrema pobreza, sobreviviendo gracias a la solidaridad de sus amigos hasta que falleció de un paro cardíaco en el Hospital Vargas de Caracas, el 22 de agosto de 1972.

El diario El Nacional recogería sus últimas palabras, aún consciente, antes de ser trasladada de emergencia a un centro de salud:

“No me lleven a ningún hospital… déjenme morir aquí, en donde falleció él”.

El misterio de los restos de Juanita, revelado sorpresivamente

Durante años fue un misterio el destino del cuerpo de Juanita Mota, nadie podía dar razón sobre su paradero. Mucho tiempo después -e inesperadamente- se supo que sus allegados la enterraron en secreto en la misma tumba de su amado Armando en El Castillete, para cumplir sus voluntades de descansar juntos eternamente. El misterio se reveló en 2016, cuando el gobierno decide llevar a Armando Reverón al Panteón Nacional y proceden a exhumarlo, encontrando allí, para total asombro de los presentes, los restos de Juanita.

Ante la duda sobre qué hacer con Juanita, la comisión gubernamental dispone enterrarla nuevamente en El Castillete reconstruido y trasladar los restos del Maestro Reverón al Panteón, como estaba previsto por las autoridades.

Sin importar dónde se encuentren sus restos, Juanita y Armando estarán unidos para siempre en la inmortalidad.

Para saber más sobre Juanita

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