Revolución de Marzo: primer golpe de estado consumado en Venezuela
General Julián Castro, líder de la Revolución de Marzo

Revolución de Marzo: primer golpe de estado consumado en Venezuela

La Revolución de Marzo de 1858 fue una rebelión militar liderada por el general Julián Castro contra el gobierno de José Tadeo Monagas, señalado de corrupto, sectario, centralista, nepótico, represor y con intenciones de perpetuarse en el poder.

El golpe de estado contó con el apoyo del partido conservador y una facción importante del partido liberal, descontenta con el proceder del mandatario. Por eso todo sucedió con mucha rapidez y sin derramamiento de sangre y a José Tadeo Monagas no le quedó otra opción que abandonar el poder, así que fue el primer Golpe de Estado que consiguió sacar del poder a un presidente venezolano.

Esta rebelión sería la antesala que llevaría a Venezuela, justo un año después, a una cruenta guerra civil que pasaría a la historia con el nombre de Guerra Federal.

Ven para saber.

Antecedentes de la Revolución de Marzo

El primer error de José Tadeo Monagas, cegado por la ambición de poder, fue alejarse de José Antonio Páez y del Partido Conservador para aliarse con el opositor Partido Liberal en 1847, esto con la intención de preparar el escenario para mantenerse en el poder y no precisamente por un interés real en llevar a cabo los preceptos liberales.

Monagas instauró el amiguismo y el nepotismo como sistema para designar a los más altos funcionarios públicos.

Su hermano, José Gregorio Monagas, vuelve al poder en 1851, pero poco podo hacer para revertir los efectos nocivos de la gestión de su hermano en la degradación moral del Estado. José Tadeo retoma la presidencia en 1855. Empeora el autoritarismo con censura descarada a la prensa, así como la feroz persecución a sus adversarios políticos.

Hermanos Monagas
José Tadeo y José Gregorio, los hermanos Monagas

Paralelamente, la situación económica iba en franco deterioro, los precios del café y el cacao (principales productos de exportación de la época) habían caído hasta en un 30% y la crisis era inminente ya con la notoria escasez de muchos rubros alimenticios en las principales ciudades del país.

Asimismo, la deuda pública interna ascendía a la astronómica suma de 40.000.000 de pesos, generando un déficit importante en el presupuesto de la Nación y Monagas no halló mejor solución que recortar -y, en algunos casos, suprimir- el presupuesto para las provincias, lo que originó un caos generalizado.

Por otro lado, los vacíos de la Ley Agraria de 1848 fueron aprovechados por los terratenientes (muchos del entorno de los hermanos Monagas) para acumular más terrenos, para descontento de los campesinos que eran los que en verdad trabajaban dichas tierras.

Los desencandenantes del golpe

El rechazo al mandato de José Tadeo Monagas era generalizado ante la crisis política, económica y social que atravesaba el país, pero la gota que derramó el vaso fue la promulgación de la Constitución de 1857.  Dicha carta magna centralizaba oficialmente el poder político en el Ejecutivo asentado en Caracas y reducía al mínimo el poder de las regiones o provincias.

Esto no le gustó para nada a los liberales que planteaban la necesidad de implanta un sistema federalista.

La Constitución de 1857 también extendía el período presidencia del 4 a 6 años, autorizando la reelección inmediata. Esto hizo que terminaran de saltar las alarmas, tanto entre los conservadores como en los liberales (incluyendo al mismo José Gregorio Monagas), quienes veían amenazadas sus ambiciones de ascender al poder por las intenciones de José Tadeo Monagas de perpetuarse en el mismo.

Monagas se esfuerza por mantener el poer

El malestar y las protestas eran incontenibles, así como el pacto entre liberales y conservadores, es por esto que en febrero de 1858 José Tadeo Monagas decretó una Amnistía General para todos los prisioneros y perseguidos políticos. Esto le sirvió para nada, ante la sospecha de que los planes conspirativos habían sido develados, los rebeldes decidieron adelantar las acciones y el movimiento golpista comienza el 1 de marzo de 1858, dirigido por el hasta ese momento gobernador de la Provincia de Carabobo, el general Julián Castro Contreras.

El golpe en marcha

La Revolución de Marzo comienza el 1 de marzo en Valencia, el general Julián Castro se levantó en armas contra el gobierno de José Tadeo Monagas y junto a un ejército de 5000 hombres precariamente armados se dirigió hacia Caracas.

Muchos oficiales de alto rango afines al partido Liberal y Conservador le retiraron el apoyo al presidente y se sumaron a la rebelión. Tal fue el caso de José Laurencio Silva, y León Febres Cordero, quienes apartaron momentáneamente su enemistad para sacar del poder a José Tadeo Monagas.

El Congreso también le dio la espalda a Monagas y puede decirse que nadie movió un dedo para tratar de defender al presidente, ni siquiera quienes aún se consideraban sus partidarios.

José Tadeo Monagas, al verse aislado y consciente de que era inútil seguir resistiendo y aferrándose al poder, decide renunciar el 15 de marzo de 1858 e inmediatamente solicita asilo ante el consulado de Francia.

Su hermano, José Gregorio, quiso aprovechar la situación para formar un gobierno provisional, pero no lo consiguió, finalmente sería detenido y enviado a Maracaibo, donde fallecería en julio de ese mismo año.

Primer Golpe de Estado consumado en Venezuela

Julián Castro hace su entrada triunfal en Caracas el 18 de marzo de 1858 y toma el poder, poco tiempo después, en julio, la llamada Convención Nacional de Valencia lo elige como presidente provisional y decreta que la capital del país sea la ciudad de Valencia.

Por todo esto, la Revolución de Marzo se considera como el primer Golpe de Estado consumado, es decir, que logró derrocar a un presidente, en la historia republicana de Venezuela.

Preámbulo de la Guerra Federal

La alianza entre las élites liberales y conservadoras en el marco de la Revolución de Marzo fue meramente circunstancial y oportunista.

Una vez derrocado José Tadeo Monagas, la “unidad” se esfumó y desde ese momento el sector liberal que aspiraba a un sistema federal de gobierno, así como una justa repartición de las tierras, comenzó a rebelarse y se dedicó a organizar a los campesinos y a armarlos, con el fin de enfrentar al centralismo gubernamental y a los poderosos terratenientes.

Este sería el preludio del estallido, en 1859, de  la peor guerra civil de nuestra historia desde la Guerra de Independencia: La Guerra Federal.

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