Nevado, el valiente perrito mucuchíes de Simón Bolívar
Simón Bolívar acompañado por Tinjacá y Nevado. Plaza Bolívar de San Rafael de Mucuchíes

Nevado, el valiente perrito mucuchíes de Simón Bolívar

Nevado fue un perrito mucuchíes, raza autóctona de los Andes venezolanos, que el Libertador Simón Bolívar recibió como obsequio de parte de un campesino merideño durante su gloriosa Campaña Admirable, el 10 de junio de 1813.

Este perrito también fue parte de nuestra historia independentista, incluso llegó a enfrentarse al mismísimo José Tomás Boves.

El perro Nevado murió heroicamente junto a su cuidador, el indígena Tinjacá, en la Batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821.

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Bolívar conoce a Nevado

Hay dos versiones sobre el primer encuentro entre Bolívar y Nevado:

Versión 1

Una historia cuenta que el entonces cachorrito le ladró ferozmente a los soldados patriotas cuando el Libertador, pasaba por la hacienda Moconoque de Vicente Pino, buscando alimento y albergue para pernoctar.

Una vez que el perro entró en confianza con los desconocidos, se dejó mimar por ellos y especialmente por su líder. Bolívar se encariñó mucho con él, enternecido por su valiente primera reacción, así que su dueño dispuso regalárselo.

Versión 2

La otra versión retrata un encuentro más simple, el Libertador visitó la población de San Rafael de Mucuchíes y allí Vicente Pino le ofreció cobijo en su pequeña hacienda.

En un momento de descanso, Bolívar se percató de la presencia del perrito y quedó fascinado con su belleza y porte.

Al día siguiente, cuando el jefe patriota se disponía a partir, Vicente Pino decide regalarle al perrito lanudo como manifestación de afecto y Bolívar lo llama Nevado por sus colores, se dice que el pelaje era negro azabache con manchas blancas en el lomo, la cola y las orejas.

Nevado y Tinjacá

Simón Bolívar estaba maravillado con su nueva mascota, pero no sabía mucho sobre los cuidados que debía tener un perrito de esa raza.

Considerando además sus constantes ocupaciones en medio de la guerra, decidió buscar a alguien que se encargara de atenderlo y cuidarlo como correspondía, así dio con Tinjacá, un indígena que conocía muy bien a los mucuchíes.

Desde entonces Tinjacá fue llamado “el Edecán del Perro”, acompañó a Bolívar y al Ejército Patriota en su campaña, con la única responsabilidad de cuidar de Nevado mientras el Libertador no pudiera hacerlo.

Nevado, el salvador perruno del Padre de la Patria

Hay un “cuento” o anécdota sobre Nevado y es que al parecer en una batalla el perro se abalanzó contra un realista que pretendía atacar a “su humano” (Bolívar) por la espalda.

Aparentemente el enemigo no logró sobrevivir a las fauces de la leal mascota patriota.

Nevado y Tinjacá son capturados por Boves

Durante la Segunda Batalla de La Puerta, en junio de 1814, Nevado y Tinjacá fueron capturados por las hordas de José Tomás Boves con el fin de tenderle una trampa a Bolívar.

Pero resultó que el sanguinario asturiano también quedó sorprendido con el perro, así que lo dejó vivir al igual que a su cuidador y los mantuvo cautivos.

Unas semanas después, durante el Segundo Asedio de Valencia, Tinjacá aprovechó un descuido y logró desamarrar a Nevado, huyó y cuando estaba relativamente lejos llamó al perro para que fuera a su encuentro y pudieran escapar.

El inicio de una larga separación y un dulce reencuentro

Después de huir de los realistas, Tinjacá se fue con Nevado a la provincia de Mérida, esperando encontrarse con las tropas patriotas en el camino, pero eso no sucedió.

El Libertador ignoraba el paradero de su querida mascota y de Tinjacá, el heroico cuidador.

Pasaron varios años hasta que Bolívar volvió al pueblo de Mucuchíes y preguntó por Tinjacá y Nevado, nadie le sabía dar razón de ellos, hasta que se adentró en el páramo y en el camino a Timotes vio a Tinjacá.

Feliz, el Libertador llamó a Nevado y este salió corriendo a reencontrarse con su amigo.

No se separarían más hasta la Batalla de Carabobo.

La muerte de Nevado y Tinjacá en la Batalla de Carabobo

Nevado murió en la Batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821, tanto él como Tinjacá se enfrentaron a los realistas, hasta que el noble mucuchíes fue herido de gravedad y luego su cuidador, cuando trataba de rescatarlo.

Una vez concluida la batalla decisiva para la Independencia de Venezuela, el Libertador buscó a su amigo Nevado y lo consiguió muerto junto a Tinjacá.

Cuentan que al verlos Bolívar lloró desconsolado, así terminaba una gran amistad.

La raza mucuchíes

Los perros mucuchíes pertenecen a la única raza originaria de nuestro país, específicamente del pueblo de San Rafael de Mucuchíes en el estado Mérida.

Fueron reconocidos como Perros Nacionales de Venezuela en 1964, lo que fue certificado y ratificado en 2023 por la Federación Canina de Venezuela.

Se cree que su origen viene de la mezcla de los mastines españoles, el mastín de los Pirineos, el perro de la Sierra de la Estrella y las razas Hovawart y Pastor de Maremma, introducidos a la región andina entre los siglos XVI y XVIII.

En principio los mucuchíes cumplieron funciones de pastores y guardianes, pero ante la falta de rebaños se quedaron simplemente como guardianes.

Mansos, cariñosos, obedientes y juguetones con sus familias humanas, pero por su condición de vigilantes pueden demostrar fiereza ante los extraños. También son muy inteligentes.

Son perros grandes, robustos y lanudos, por lo general son blancos con manchas negras o marrones, aunque hay variaciones como la del mismo Nevado y también otras menos comunes, por ejemplo de color marrón con manchas blancas.

Monumentos a Nevado

En la Plaza Bolívar de Mucuchíes, estado Mérida, podemos encontrar a Tinjacá y Nevado al pie de la estatua del Libertador Simón Bolívar.

En el sector Moconoque, tomando la Carretera Trasandina de Mérida, tenemos el Monumento al Perro Nevado. Un pequeño homenaje para el gran amigo perruno del Padre de la Patria y su leal cuidador.

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